Imágenes de Kilian Jornet en el Everest

  • hace 7 años
Madrid, 13 jun (EFE).- El catalán Kilian Jornet, que recientemente ascendió al Everest dos veces en una semana con récord incluido, ha declarado a EFE que subir al techo del mundo fue un sueño que se convirtió en reto y ha desvelado que durante su carrera ha asumido más riesgos de los debidos, aunque "el miedo es lo que nos hace sobrevivir".

Kilian Jornet (Sabadell, Barcelona; 1987) acredita en su historial seis Copas del Mundo de carreras por montaña, campeonatos de Europa en esquí extremo y de montaña y récords de ascenso y descenso de cumbres como la del Aconcagua, Mont Blanc o Kilimanjaro, dentro de su proyecto personal 'Cimas de mi vida'.

P: ¿Cómo se explica subir al Everest dos veces en una semana?

R: Mi idea no era subir dos veces, pero durante el primer ascenso tuve problemas gástricos y bajando ya iba pensando que habría otra ventana de buen tiempo a los cinco días y disponía de tiempo para la expedición. Pensé que si me recuperaba y me encontraba bien, no estaría jugando a las cartas y que algo tendría que hacer.

P: Ha subido sin oxígeno y sin cuerdas fijas. ¿Por qué?

R: Hacer cima o no es una anécdota. Para mí lo importante es la manera de subir. Podía aprender mucho más si no hacía cima de esta manera que si llegaba arriba de otra forma. Era importante subir así porque eres tú el que subes y toma las decisiones, aunque soy consciente de los riesgo que tomas.

P: ¿Esa clase de alpinismo es una filosofía de vida?

R: Es una forma de hacer las cosas en la que es más importante el cómo que los objetivos. Me gusta hacer las cosas de una manera lo más ecológica y económica posible. Al no llevar porteadores, campamentos de altura y ser tan minimalista, reduces los costes. Me gusta hacer las cosas de manera sencilla.

P: ¿El Everest era un reto o un sueño?

R: Es un sueño que se convierte en reto. El sueño es una cosa que te hace vibrar, que te hace sentir una emoción cuando piensas en ello y se convierte en reto con entrenamiento, preparación y logística para intentarlo.

P: ¿Cómo es el Everest de noche?

R: Fue preciosa la puesta de sol. Estaba unos 300 metros por debajo de la cima y la segunda vez justo debajo. Es bonito ver que el día se apaga y piensas que tienes toda la noche para ti. Luego en la cima hay una sensación de satisfacción profunda, pero tampoco hay una emoción fuerte porque no tienes fuerza para mucho más y hay que pensar en la bajada.

P: ¿Qué opina de las expediciones comerciales al Everest?

R: Todo es legitimo mientras respetes al medio ambiente. No hay una forma correcta y otra incorrecta de ir al Everest. Cada persona puede subir de la manera que quiera, con sus motivaciones y asumiendo los riesgos que crea. Cada uno debe saber por qué sube. Lo que sí hay que ser es sincero, porque hay muchas cosas que no se dicen sobre cómo se hace. A mí subir con oxigeno no me aporta nada.

P: ¿Con el Everest concluye el proyecto 'Cimas de mi vida'?

R: Sí. Lo bonito es ver todo lo

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