Ante la presbicia, gafas o innovación ocular

  • hace 7 años
Madrid, 26 may (efesalud.com). El doctor José Miguel Román Guindo, especialista en cirugía de cataratas y refractiva de Clínicas Vissum, interviene en el videoblog de oftalmología para explicar la presbicia, que no es otra cosa que la dificultad o imposibilidad de poder ver con nitidez lo detalles de un objeto que cogemos en nuestras manos, como puedan ser las letras en un libro o descifrar los componentes alimenticios de un producto en el supermercado.

"El 100% de la población con una esperanza de vida elevada, ya sea hombre o mujer, va a desarrollar presbicia o vista cansada, normalmente a partir de los cuarenta y cinco años de edad. Este hecho se explica porque es unos de los signos del envejecimiento ocular junto al desarrollo de la catarata; algo así como la aparición de las arrugas en la piel o de las canas en el pelo", dice.

La también llamada presbiopía afecta en diferentes grados a más de 1.040 millones de personas en todo el mundo y la prevalencia mundial de este trastorno podría subir a 1.370 millones de afectados en 2020.

La presbicia se origina cuando el cristalino, que es la lente natural que tiene el ojo para enfocar los objetos cercanos en la retina, sufre un proceso de deterioro progresivo que implica, por un lado, la pérdida de elasticidad de su cápsula anterior (detrás del iris), necesaria para cambiar la curvatura anterior del cristalino, y por otro, la merma de contracción de los músculos ciliares, responsables también de ese cambio formal del cristalino.

"Los síntomas de la presbicia se detectan cuando no podemos leer a una distancia de entre 30 o 40 centímetros y sentimos fatiga ocular, incluso dolor de cabeza. Perdemos nitidez de forma progresiva y la manera de compensar esa dificultad lectora es alejando el periódico para que el cristalino no necesite enfocar tanto", explica.

"Esta maniobra correctora, en combinación con un incremento notable en el uso de la iluminación artificial o natural, solo será posible durante cierto tiempo en personas emétropes (con una visión sin anomalías), ya que la distancia de separación entre el objeto y nuestros ojos dependerá de la longitud de nuestros brazos", señala.

"Cuando el brazo no se pueda estirar más será el momento de poner en marcha los mecanismos no fisiológicos de corrección de la vista. Nuestros ojos necesitarán gafas con una graduación aproximada de dioptría y media. Las máximas dioptrías que se alcanzarán con la edad, 60 o 65 años, se sitúan en tres. Los miopes (de no mucha graduación) pueden compensar la falta de enfoque quitándose las gafas", añade.

La lente de contacto multifocal es otra solución para la presbicia.

"No suele ser un remedio cómodo para los pacientes, puesto que el movimiento de la lente produce continuas pérdidas de nitidez en la visión", opina.

Las opciones quirúrgicas ofrecen varias alternativas.

"Con el láser Excimer se practica una monovisión. Dejaríamos el ojo dominante a cero dioptrías, para ver de lejos, y el otro ojo con miopía, a una dioptría y media, más o menos, para ver de cerca. Requiere cierta adaptación cerebral, pero tiene la ventaja de ser una técnica reversible", expone.

"Aunque, para ser sinceros, lo único que permite es retrasar el uso de las gafas entre 5 y 10 años. No es la solución definitiva. Además, la letra pequeña seguiremos sin poder leerla", puntualiza.

El implante de un 'inlay' intraocular es otra alternativa.

"Se coloca en el espesor de la córnea. Es un dispositivo similar a un objeto estenopeico circular (zona central transparente y zona periférica oscura), que aumenta la profundidad de foco y nos permite leer a una distancia normal. Tampoco evita el uso de gafas de cerca de manera permanente, pero es reversible", destaca.

A día de hoy, la mejor solución para la compensación de la presbicia en pacientes mayores de 50 años es la cirugía con extracción del cristalino, nuestra lente natural, y el posterior recambio por una lente artificial, monofocal o trifocal.

"Los pacientes con lente monofocal, sistema monovisión (dejando un ojo ligeramente miope), ven mejor y están más cómodos que los pacientes tratados solo con láser Excimer y monovisión. Con la lente trifocal resolvemos la lectura más cercana, en el teléfono móvil, la lectura en un ordenador de mesa y la visión a distancias más alejadas, hasta el infinito", observa el oftalmólogo.

Esta técnica de implante intraocular no es válida "para pacientes con una personalidad muy exigente, que son muy meticulosos", advierte.

"Como podemos ver, el abanico de posibilidades para la corrección de la presbicia o vista cansada va in crescendo... el envejecimiento de la población mundial es cada vez mayor y seguro que dentro de pocos años contaremos con más alternativas", concluye el doctor Román Guindo.

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