Enfoque - México y los Estados Unidos de Trump
  • hace 7 años
Las relaciones entre México y Estados Unidos de América son intensas. Por sus 54 puestos fronterizos de más de tres mil cien kilómetros de frontera común.
Una frontera que cruzan cada día mil millones de dólares y 370.000 vehículos. México exporta a EE.UU. más de 300.000 millones de dólares e importa casi 187.000 millones.

La mitad de la inversión extranjera en México procede del vecino país, adonde llega el 80 % de las exportaciones mexicanas.

A estos datos hay que añadir otra realidad: treinta y tres millones de mexicanos emigran a Estados Unidos para recoger las cosechas y ser mano de obra barata en la industria.

Las amenazas del presidente Donald Trump a México como la continuación de la construcción del muro fronterizo, la repatriación de empresas estadounidenses que trabajan en México y el nuevo proteccionismo, hacen recordar a muchos mexicanos que su país perdió más de la mitad de su territorio ante EE.UU. como resultado de la intervención de Washington en el siglo XIX. Y está claro: la relación bilateral siempre ha sido desigual.

En esta nueva edición de Enfoque analizaremos el futuro de los nexos entre los dos países de América del Norte en medio de la nueva y agresiva Presidencia de Donald Trump.

Rocío Monasterio, analista internacional, considera que “lo que hay que hacer es revisar ciertas políticas. Hay voluntad de que las relaciones entre países redunden en beneficio para todos. Estados Unidos no tiene interés en molestar a los mexicanos”.

Ana Anabitarte, periodista especializada en México, opina que “en 200 años de relaciones bilaterales nunca habíamos tenido esta situación. Los que más tienen que perder son México y los mexicanos”

Pol Victoria, director de educacioneconomica.com y analista geoestratégico, piensa que “Trump no podrá hacer lo que prometió en campaña, ya que resulta perjudicial, inclusive, para sus propias políticas”.

Según América López, integrante del colectivo Madrid43Ayotzinapa, “siempre ha habido una diferencia entre los dos Estados. Estas diferencias se han incrementado con el triunfo de Trump. Hay una desigualdad estructural, las dinámicas y las relaciones se están reacomodando”.
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