Detrás de la Razón - Turquía amenaza a Europa con arma humana
- hace 7 años
Otro problema para Europa se llama Turquía. El desplante de poder de ambos tiene en jaque, sobre todo a la parte europea.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha lanzado una amenaza donde más le duele a Europa: los migrantes.
Erdogan está amenazando con abrir las fronteras de Turquía y dejar salir a millones de refugiados para invadan Europa. Algo que detesta la Unión Europea (UE), por color de piel, por idioma, por clase social, por ideología, por ser distintos, simplemente no quieren a tantos refugiados que ellos mismos provocaron por promover guerras en Oriente Medio y África.
La UE desesperada por tanto migrante, a principios de año forzó a Turquía a aceptar un pacto, frenar los migrantes provenientes de la guerra, quedarse con ellos o repelerlos (porque ni Grecia ni Italia podían más ya con tantas filas de gente desesperada), a cambio de 3 mil 500 millones de euros y de acelerar el proceso para que Turquía formara parte de la UE, otro punto que agita más la tensión, pues esto lo que provocó que Erdogan lanzara sus amenazas.
Turquía, por más de 6 décadas ha solicitado ser parte de Europa, tener pasaporte europeo, no necesidad de visas y tener el confort de pertenecer a ese primer mundo soñado de la excelencia y supremacía que creen tener los europeos.
El Parlamento hace unos días, decidió que no. Que Turquía no se lo merece y que por el momento quedan congeladas las negociaciones para la adhesión de la nación turca como miembro de la UE.
El Parlamento Europeo (PE) decidió esto porque acusan al Gobierno turco de represor: detenciones y arrestos arbitrarios a intelectuales, profesores, políticos, funcionarios, estudiantes que sean opositores al sistema, sobre todo a los líderes kurdos; violación a la libertad de expresión, por cerrar medios de comunicación que no se alineen y perseguir y arrestar periodistas; y la pretensión de querer imponer nuevamente la pena de muerte -pena que se había eliminado precisamente porque era una condición para ser parte de Europa.
La resolución del PE así, parece no dañar al presidente turco, por el contrario, con su amenaza de provocar una desbandada de refugiados que para los europeos apestan, dice además que Turquía no necesita más de Europa, que son los europeos que necesitan a Turquía.
Por si faltaba, Austria ha decidido imponer un embargo de armas a Turquía. No le venderá más equipos armamentísticos de alta tecnología porque la acusa de violar los derechos humanos y además existe el temor de que los turcos quieran provocar un conflicto armado donde se usen esas armas. Austria pide a toda Europa a hacer lo mismo.
El presidente turco sonríe ante las cámaras. Esta es la tensión turco-europea. Y en Detrás de la Razón, analizaremos: "Cuando los migrantes se convierten en una arma".
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete de la tarde; México y Colombia, una de la tarde; Madrid, ocho de la noche.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha lanzado una amenaza donde más le duele a Europa: los migrantes.
Erdogan está amenazando con abrir las fronteras de Turquía y dejar salir a millones de refugiados para invadan Europa. Algo que detesta la Unión Europea (UE), por color de piel, por idioma, por clase social, por ideología, por ser distintos, simplemente no quieren a tantos refugiados que ellos mismos provocaron por promover guerras en Oriente Medio y África.
La UE desesperada por tanto migrante, a principios de año forzó a Turquía a aceptar un pacto, frenar los migrantes provenientes de la guerra, quedarse con ellos o repelerlos (porque ni Grecia ni Italia podían más ya con tantas filas de gente desesperada), a cambio de 3 mil 500 millones de euros y de acelerar el proceso para que Turquía formara parte de la UE, otro punto que agita más la tensión, pues esto lo que provocó que Erdogan lanzara sus amenazas.
Turquía, por más de 6 décadas ha solicitado ser parte de Europa, tener pasaporte europeo, no necesidad de visas y tener el confort de pertenecer a ese primer mundo soñado de la excelencia y supremacía que creen tener los europeos.
El Parlamento hace unos días, decidió que no. Que Turquía no se lo merece y que por el momento quedan congeladas las negociaciones para la adhesión de la nación turca como miembro de la UE.
El Parlamento Europeo (PE) decidió esto porque acusan al Gobierno turco de represor: detenciones y arrestos arbitrarios a intelectuales, profesores, políticos, funcionarios, estudiantes que sean opositores al sistema, sobre todo a los líderes kurdos; violación a la libertad de expresión, por cerrar medios de comunicación que no se alineen y perseguir y arrestar periodistas; y la pretensión de querer imponer nuevamente la pena de muerte -pena que se había eliminado precisamente porque era una condición para ser parte de Europa.
La resolución del PE así, parece no dañar al presidente turco, por el contrario, con su amenaza de provocar una desbandada de refugiados que para los europeos apestan, dice además que Turquía no necesita más de Europa, que son los europeos que necesitan a Turquía.
Por si faltaba, Austria ha decidido imponer un embargo de armas a Turquía. No le venderá más equipos armamentísticos de alta tecnología porque la acusa de violar los derechos humanos y además existe el temor de que los turcos quieran provocar un conflicto armado donde se usen esas armas. Austria pide a toda Europa a hacer lo mismo.
El presidente turco sonríe ante las cámaras. Esta es la tensión turco-europea. Y en Detrás de la Razón, analizaremos: "Cuando los migrantes se convierten en una arma".
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete de la tarde; México y Colombia, una de la tarde; Madrid, ocho de la noche.