Detrás de la Razón - 911, emergencia en Irak, 20 mil niños atrapados por el terrorismo
- hace 8 años
Miremos el planeta desde lejos. Ajenos a él, observemos dos escenarios: "911... State your emergency..." Es la contestación del servicio de emergencia de EE.UU., que le pide que diga su emergencia.
Del otro lado de la línea, un niño de 7 años de edad pide ser rescatado porque hay unos intrusos amenazando su hogar, está atrapado. Acto seguido, un Ejército de policías, ambulancias y hasta bomberos llegan para rescatar del problema al pequeñito.
Hagamos el ejercicio de nuevo en un segundo escenario. "911... ¿Cuál es su emergencia?" "Hay, no uno, sino 20 mil niños atrapados en la ciudad de Faluya, Irak". El servicio de emergencia 911, entonces cuelga el teléfono. A nadie le interesa.
Valga esta representación que no pretende comparar, ni mucho menos que el 911 vaya hasta Irak, valga esta representación sólo para manifestar dos escenarios, que su contraste provoca al lector consciente un profundo dolor humano.
Porque estos dos escenarios son reales, existen. Porque lo que manifestamos aquí son dos realidades diferentes que lo peor es que están unidas:
A) Porque en ambos casos son niños, niños que están asustados, que necesitan protección, que requieren de la acción urgente para resolver su problema de vida o muerte, niños que como seres humanos en aprendizaje, no les interesa la política, ni la economía, ni la guerra, sólo quieren y necesitan porque es su derecho universal, una vida digna.
B) Porque en ambos casos el Gobierno de Estados Unidos ordena al servicio de emergencia 911 en EE.UU., y fue también el que ordenó la invasión a Irak, que supuestamente se hizo para rescatar a los iraquíes, y ordena hoy, y está más interesado que nunca en combatir el terrorismo en Oriente Medio, al menos eso dicen oficialmente.
El resultado: 20 mil niños atrapados en Faluya, en la provincia occidental de Al-Anbar, que no tienen a quién llamar, que a nadie le interesa rescatarlos, que están abandonados y que probablemente, la gran mayoría, nunca, jamás, sabrá qué es vivir con tranquilidad, o levantar el teléfono y pedir ayuda cuando uno esté en peligro.
Este es el mundo hoy. ¿Qué culpa tuvo ese niño de nacer en Irak? ¿Por qué el que nació en Miami, EE.UU., tiene otro panorama? ¿La inocencia se paga con geografía? ¿Qué posibilidades tienen los 20 mil niños de la ciudad iraquí de Mosul de ser rescatados? ¿Quién está intentando rescatarlos en este momento? ¿Quién puede rescatarlos? ¿Los presidentes de EE.UU. y Rusia, Barack Obama y Vladimir Putin, respectivamente, no podrían hablar cara a cara y acordar rescatar a 20 mil niños? ¿No les dolerá verlos? ¿Cuál es la condición real en este momento de los niños?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alerta que se les está acabando la comida, las medicinas y el agua para beber, ¿Cuánto podrán durar con vida? ¿Y qué va a pasar si cuando decidan rescatarlos, descubren que ya se convirtieron en terroristas? Porque el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) además alerta que muchos niños están siendo reclutados a la fuerza y entrenados en el arte de matar por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Detrás de la Razón, a las diez y treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis de la tarde; México y Colombia, doce del día; Madrid, ocho de la noche.
Del otro lado de la línea, un niño de 7 años de edad pide ser rescatado porque hay unos intrusos amenazando su hogar, está atrapado. Acto seguido, un Ejército de policías, ambulancias y hasta bomberos llegan para rescatar del problema al pequeñito.
Hagamos el ejercicio de nuevo en un segundo escenario. "911... ¿Cuál es su emergencia?" "Hay, no uno, sino 20 mil niños atrapados en la ciudad de Faluya, Irak". El servicio de emergencia 911, entonces cuelga el teléfono. A nadie le interesa.
Valga esta representación que no pretende comparar, ni mucho menos que el 911 vaya hasta Irak, valga esta representación sólo para manifestar dos escenarios, que su contraste provoca al lector consciente un profundo dolor humano.
Porque estos dos escenarios son reales, existen. Porque lo que manifestamos aquí son dos realidades diferentes que lo peor es que están unidas:
A) Porque en ambos casos son niños, niños que están asustados, que necesitan protección, que requieren de la acción urgente para resolver su problema de vida o muerte, niños que como seres humanos en aprendizaje, no les interesa la política, ni la economía, ni la guerra, sólo quieren y necesitan porque es su derecho universal, una vida digna.
B) Porque en ambos casos el Gobierno de Estados Unidos ordena al servicio de emergencia 911 en EE.UU., y fue también el que ordenó la invasión a Irak, que supuestamente se hizo para rescatar a los iraquíes, y ordena hoy, y está más interesado que nunca en combatir el terrorismo en Oriente Medio, al menos eso dicen oficialmente.
El resultado: 20 mil niños atrapados en Faluya, en la provincia occidental de Al-Anbar, que no tienen a quién llamar, que a nadie le interesa rescatarlos, que están abandonados y que probablemente, la gran mayoría, nunca, jamás, sabrá qué es vivir con tranquilidad, o levantar el teléfono y pedir ayuda cuando uno esté en peligro.
Este es el mundo hoy. ¿Qué culpa tuvo ese niño de nacer en Irak? ¿Por qué el que nació en Miami, EE.UU., tiene otro panorama? ¿La inocencia se paga con geografía? ¿Qué posibilidades tienen los 20 mil niños de la ciudad iraquí de Mosul de ser rescatados? ¿Quién está intentando rescatarlos en este momento? ¿Quién puede rescatarlos? ¿Los presidentes de EE.UU. y Rusia, Barack Obama y Vladimir Putin, respectivamente, no podrían hablar cara a cara y acordar rescatar a 20 mil niños? ¿No les dolerá verlos? ¿Cuál es la condición real en este momento de los niños?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alerta que se les está acabando la comida, las medicinas y el agua para beber, ¿Cuánto podrán durar con vida? ¿Y qué va a pasar si cuando decidan rescatarlos, descubren que ya se convirtieron en terroristas? Porque el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) además alerta que muchos niños están siendo reclutados a la fuerza y entrenados en el arte de matar por el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Detrás de la Razón, a las diez y treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis de la tarde; México y Colombia, doce del día; Madrid, ocho de la noche.