El color del dinero - Brasil en la encrucijada
  • hace 9 años
Dilma Rousseff afronta su nuevo mandato bajo la sombra de la desaceleración. Y es que Brasil ya no es el todoterreno económico que apuntaba hace algunos años.

Es cierto que la tasa de paro no es alta, que el país ha logrado alumbrar una clase media y que la renta mensual ha ido incrementándose poco a poco. Pero también lo es que uno de cada cuatro brasileños vive en la pobreza, que la industria se está estancando y que la inflación no deja de subir.

El crecimiento económico del país, que a la sazón ha asumido el papel de locomotora de Latinoamérica, está sufriendo un acusado frenazo después de la expansión que alcanzó su tope en 2010. Entonces, el Producto Interior Bruto brasileño aumentó un 7,5 %.

La previsión para este año apenas es del 0,7 %. La actual presidenta explicó durante su campaña la necesidad de reformar el sistema político brasileño, poner coto a la corrupción y crear un nuevo sistema financiero.

Con el mundo recuperándose lentamente de la crisis, la legislatura que acaba de empezar puede contemplar del resurgimiento de este gigante regional o marcar el comienzo de su definitivo declive. Todo está en manos de Dilma.
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